Por décadas, la Ley de Aire Limpio nos ha protegido de los nocivos efectos a la salud que causan los contaminantes atmosféricos industriales. Muchos de estos contaminantes son tóxicos; respirarlos o cualquier contacto con ellos puede causar cáncer, al igual que enfermedades respiratorias y neurológicas degenerativas que pueden causar la muerte. Algunas, como el cloro y el ácido hidroclorídrico, por ejemplo, pueden inflamar los pulmones y las vías respiratorias. El estireno, solvente utilizado con frecuencia en la elaboración de plásticos y hule sintético, está ligado a trastornos degenerativos como la esclerosis múltple y otras enfermedas similares al Parkinson. Gracias a las regulaciones que nos protegen de 187 sustancias tóxicas, la Agencia de Protección Ambiental (EPA en inglés) estima que se han evitado cada año desde 1990 la emisión de 1.5 millones de toneladas de contaminantes atmosféricos tóxicos.
Pero recientemente la EPA—sigilosamente—ha eliminado estas protecciones. A la extensa lista de los escándalos de corrupción, conflictos de interés, intervención política en la ciencia y nepotismo en la agencia, le añadimos la derogación de la política conocida como “once in, always in” (abreviada “OIAI”, y que se traduce “una vez presente, siempre presente”).
Este cambio, sin previo proceso de consulta pública y escuetamente anunciado como una “reinterpretación” de la ley, le permitirá a las instalaciones industriales altamente contaminantes, como las fundiciones metalúrgicas e instalaciones petroquímicas, eliminar el uso de tecnologías para controlar la contaminación tóxica que emiten al aire. El uso de tecnologías y procesos para reducir contaminantes tóxicos se conocen como Maximum Achievable Control Technologies (MACT), y hasta hace poco fueron de uso obligatorio por parte de las instalaciones altamente contaminantes.
En una nota previa a completar nuestro estudio sobre las consecuencias de la derogación de ésta norma (aquí en inglés), advertí que aumentará las emisiones de contaminación causante de cáncer. Mi colega, la Dra. Gretchen Goldman, ya nos explicó (en inglés) que las comunidades de justicia ambiental–donde la mayoría de las personas son afroamericanos, latinos o pertenecientes a otras minorías étnicas y/o de bajo ingreso—serían las más afectadas. En efecto, hemos encontrado en nuestro estudio que muchas de las comunidades donde ya existen altos niveles de contaminación tóxica se verán expuestas aún más.
Tomemos como primer ejemplo a las comunidades de Galena Park y Manchester aledañas al canal marítimo de Houston en Texas. Junto con nuestros colaboradores—vecinos de estos barrios y activistas de la organización TEJAS, quienes son en su mayoría latinos y muchos de bajos recursos—, hace poco demostramos que la cercanía a múltiples instalaciones industriales que al presente emiten muchos contaminantes tóxicos está teniendo efectos negativos en la salud de estas comunidades.
El distrito legislativo 29 (TX-29), donde están dichas comunidades, contiene 15 instalaciones que reducen sus emisiones de manera significativa mediante MACT. Con el cambio en la norma de la EPA, once de éstas pudieran emitir unas 205 toneladas de contaminantes atmosféricos tóxicos por año, lo cual representa un incremento de casi 70 por ciento.
La nueva directriz impactará a los estados de formas distintas. Algunos estados dependen exclusivamente de las normas federales de contaminantes tóxicos para proteger la calidad de su aire, mientras otros estados establecen sus propios umbrales. Algunos de los estados con normas propias permiten las emisiones de contaminantes dependiendo del caso, mientras otros han establecido normas más estrictas en general.
¿Cómo puede usted conocer los posibles impactos en su región? Puede consultar el mapa interactivo que creamos donde mostramos el número de instalaciones que pudieran incrementar emisiones tóxicas en su distrito electoral. Por ejemplo, si selecciona el districto electoral 16 de Pensilvania (PA-16), podrá ver que once de las catorce instalaciones que al corriente usan MACT para reducir sus emisiones tóxicas pudieran emitir 209 toneladas por año, y que el estado no cuenta con protecciones adicionales para limitar contaminantes tóxicos.
Si desliza la ventana un poco hacia abajo podrá encontrar el nombre y número de teléfono de su representante. Le urgimos que lo contacte para preguntarle cómo le exigirá a la EPA y a la agencia de calidad ambiental de su estado que protejan a la salud pública de este peligroso cambio.
¿Usted qué puede hacer?
Hay muchas maneras de expresar su preocupación sobre la posibilidad que las instalaciones industriales en su comunidad emitan contaminantes tóxicos del aire debido al debilitamiento de las protecciones existentes.
- Si usted vive en un estado donde la contaminación tóxica del aire podría aumentar, presione a sus legisladores para que establezcan leyes estatales que protejan a su comunidad de estos contaminantes tóxicos. A continuación podrá encontrar algunas ideas para participar, y consejos para comunicarse con legisladores (enlace en inglés).
- Pida un cita en persona con su representante o miembros de su equipo y comparta su preocupación.
- Organice o participe en reuniones, cabildos abiertos, y otros eventos comunitarios. Aproveche el marco de las elecciones del 2018 en donde ocurrirán muchos de estos tipo de eventos y pida compromiso con este tema. Encuentre cabildos abiertos en este enlace o en la página de su representante, y utlice esta guía para organizar un evento comunitario (en inglés).
- Pregúntele a la agencia responsable de la calidad del aire en su estado sobre cómo los cambios en “once in, always in” podrían afectar a su área. Encuentre su agencia estatal en la página de la EPA.
- Utilice los medios de comunicación para atraer la atención del público sobre el tema. Escriba cartas al editor, editioriales, o reúnase con periodistas locales y juntas editoriales y comparta su preocupación. Lea estos consejos sobre cómo hacerlo (en inglés).
- Contacte directamente a la compañía que opera la instalación industrial en su comunidad y pídales que se comprometan a mantener su clasificación y a utilizar la tecnología MACT con todos sus requisitos. Vuelva a contactarlos si no le responden en el plazo de una semana y comparta las respuestas, o los silencios, con medios locales, representantes y su comunidad.
- Dígale a Scott Pruitt, director de la EPA, que cumpla su mandato de proteger la salud pública y al medioambiente y revoque la nueva directriz.
- Envíele trinos en Twitter a Scott Pruitt, director de la EPA, y etiquete a sus representantes al congreso.
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