El Oeste de Estados Unidos confirma su tercer año consecutivo de sequía y sigue dentro del periodo anormalmente seco que inició en el año 2000, considerado como una mega sequía. En este blog explico la conexión entre el cambio climático y la sequía, sus avances en el Oeste de Estados Unidos y comparto una lista—no exhaustiva—de soluciones que deben llevarse en paralelo. Los impactos de la sequía seguirán evolucionando en estados como Nuevo México, Arizona, Utah, Idaho, Montana, Washington, Nevada, Oregón y California durante los siguientes seis meses en los que en gran parte de esta región se espera nula o muy baja precipitación.
De acuerdo con el Monitor de sequía de Estados Unidos, 63 por ciento del país se encuentra con algún grado de sequía (Figura 1), que en conjunto es hogar de más de 80 millones de personas.
Hace un par de meses investigadores de UCLA y Columbia University publicaron un estudio en el que explican que el Oeste de Estados Unidos está dentro de un periodo seco que comenzó en el año 2000, a esto se le conoce como una mega sequía. En ese mismo estudio explican que este periodo de 22 años ha sido el más seco en al menos los últimos 1.200 años, que es la máxima extensión temporal que consiguieron retroceder reconstruyendo estos datos.
Una parte super importante del estudio es que estimaron la aportación del cambio climático en la intensidad y duración la sequía, atribuyendo el 40 por ciento de las condiciones de sequía al cambio climático. Esto agrega a la evidencia del gran papel que juega el aumento de temperatura y los impactos que puede tener en nuestro clima. A medida que las actividades humanas continúan arrojando gases de efecto invernadero a la atmósfera, las temperaturas aumentan, haciendo que el aire se vuelva más “sediento” y capaz de evaporar más agua de cuerpos de agua como ríos, lagos, canales, y también del suelo, los bosques, la vegetación, y cultivos, haciendo que las condiciones de sequía sean extremas.
Habrá personas pensando “cómo que la sequía lleva tanto tiempo si yo vi que llovió y hasta nevó en algunas áreas de California hace unas semanas.” La respuesta es que una sequía no significa que no llueva, una sequía se define como el déficit de precipitación en un periodo extendido de tiempo que resulta en el desabasto de agua. Es decir, cuando dentro de cierto tiempo llueve menos de lo habitual o de lo que se requiere para satisfacer las demandas de agua. Si bien ha habido eventos intensos de lluvia en los últimos 22 años, la precipitación ha sido insuficiente para que la humedad del suelo se recupere a lo que se consideraría condiciones normales (Figura 2).
La razón de la sequía tiene mucho que ver con cambio climático debido a cambios en los patrones de precipitación y el aumento de las temperaturas, pero también tiene que ver con decisiones humanas que han ido sobreexplotando los recursos hídricos de nuestros ríos, lagos, y aguas subterráneas y políticas insuficientes que protejan estos recursos.
Los impactos varían dependiendo de las características de la región y el grado de sequía. En general los impactos incluyen:
- Reducción de la disponibilidad de agua que en ocasiones provoca que el sector agrícola utilice más agua subterránea, disminuyendo los niveles del agua subterránea a un punto en el que algunos pozos de comunidades o pozos privados no alcanzan el agua y es cuando se secan los pozos.
- Junto con el aumento de temperatura, la sequía hace que la vegetación y los bosques estén más secos y se incremente el riesgo de incendios que generan contaminación del aire.
- Reducción de la producción de energía hidroeléctrica a medida que baje el agua en las presas, entonces regresamos a utilizar más combustibles fósiles para la generación de energía.
- Incremento en el precio del agua y la energía, afectando principalmente a familias de bajos ingresos.
- Inhibir el movimiento de plantas, animales salvajes y especies acuáticas, reducir su reproducción, o provocar su muerte. Por ejemplo, los salmones no pueden sobrevivir cuando el agua de los ríos esta tibia.
- En la agricultura se han estado removiendo árboles y se reducen o se pierden algunas cosechas. En algunas ocasiones se reducen las oportunidades de trabajo para trabajadores del campo.
Para consultar una lista de los impactos generales para cada estado dentro de los distintos grados de sequía, puede visitar esta página web.
Soluciones
Cualquier solución debe desarrollarse con fines de reducir la brecha de equidad que existe entre las personas más vulnerables y con menos recursos y el resto de la población. Aquí comparto algunas soluciones que considero importante, pero soluciones específicas dependerán de cada región y deberán considerar las perspectivas y retos de las comunidades más vulnerables.
Lograr la transición energética equitativa
Uno de los pasos más importante para limitar el riesgo de sequías y reducir sus impactos—y todos los impactos del cambio climático—es lograr llevar las emisiones globales de CO2 a cero e incluso que sean negativas (capturar más CO2 del emitido) para mediados de siglo. Para esto es necesario tomar acción para agilizar la transición energética a fuentes limpias y renovables de energía en una forma que sea equitativa. Una transición energética equitativa debe ampliar el acceso a las tecnologías de energía limpia y expandir la toma de decisiones para incluir la justicia ambiental y las comunidades que dependen de los combustibles fósiles, al mismo tiempo que eliminen gradualmente las plantas de carbón y gas. Para más detalles puede leer “En la ruta hacia 100 por ciento energía renovable.”
A nivel global, se estima que el sector hídrico es responsable de cerca del 10 por ciento de las emisiones globales de gases que atrapan el calor. Las emisiones provienen de las demandas de energía para purificar, abastecer y tratar el agua potable y las aguas residuales, así como de emisiones de metano y óxido nitroso de las aguas residuales, descomposición de materia orgánica en presas entre otras. Este sector puede aportar a la descarbonización y transición energética para lograr emisiones “netas cero” de manera equitativa que beneficie a todas las personas y proteja el planeta para 2050.
Colaboración
Las empresas de servicios de agua, los distritos de riego, el sector energético, y otras organizaciones deberán colaborar en todas las escalas para compartir datos e información y financiar, construir y operar la infraestructura de suministros de agua. Tomando como ejemplo el valle de San Joaquín, California, algunas zonas agrícolas reciben agua limpia de la nieve que se derrite en las montañas mientras que comunidades enteras se abastecen de agua contaminada del subsuelo. Programas y políticas de cooperación que permitan un intercambio justo de agua podrían aportar a la solución del problema de agua contaminada de cientos de comunidades. Una gestión equitativa proporciona agua suficiente, limpia, accesible y asequible a todos los hogares, independientemente de sus ingresos o condición social.
La cooperación y reconciliación entre grupos que históricamente se han visto como adversarios es complicada pero no imposible. La colaboración para gestionar el agua puede mejorar el aprendizaje y la comprensión, aumentar el uso coordinado de los recursos y facilitar la negociación cuando los intereses de diversos grupos no están alineados. La cooperación es importante también entre áreas urbanas y rurales, especialmente cuando comparten la misma cuenca y por tanto algunos de los mismos retos relacionados a la escasez de agua, al manejo de inundaciones y la contaminación del agua. Las ciudades y comunidades rurales pueden beneficiarse del ahorro de agua y mejor calidad de agua y, a su vez, apoyar a los agricultores a hacer el mejor uso del agua al incentivar o compensar a quienes contribuyen a la seguridad hídrica.
Mejorar el monitoreo y acceso a datos e información sobre el agua
Mejor acceso a datos e información del agua puede proporcionar una variedad de beneficios para la gestión del agua. Es necesario saber con mayor precisión cuánta agua tenemos, en que calidad y cuanta usamos para mejorar la gestión del recurso. El monitoreo debe además incluir información sobre el estado de la infraestructura, la salud de los ecosistemas acuáticos, generación de energía hidroeléctrica, y factores socioeconómicos.
Investigación reciente por el Pacific Nothwest National Laboratory y el Center for Law, Energy & the Environment de UC Berkley recomienda–entre otras–las siguientes acciones para mejorar el monitoreo, colaboración, uso y acceso a datos relacionados con la gestión del agua:
- Divulgación y colaboración entre usuarios y productores de datos sobre agua para ampliar la perspectiva de sus usos y mejorar su acceso.
- Un sistema de datos de agua debe abordar las necesidades de datos en múltiples resoluciones espaciales y temporales, y en múltiples formas y formatos distintos.
- Basar los datos del agua en principios de usabilidad y participación de las partes interesadas requiere una infraestructura cibernética robusta, buena gobernanza y financiación estable.
- Los vacíos de datos toman una variedad de formas y deberán llenarse de distintas maneras. Algunos de estos vacíos incluyen datos sobre derechos de agua, bombeo de agua subterránea, o demandas de agua por parte de los ecosistemas. Otros ejemplos de datos que se requieren se pueden consultar en la Tabla 4 de este artículo.
Reducción de contaminación de suelos y agua
La contaminación de, arroyos, ríos, lagos, y acuíferos dificulta el uso o de agua o vuelve más caro su tratamiento, reduciendo la disponibilidad del recurso. Es necesario enfocar recursos y políticas a detener fuentes de contaminación de aguas superficiales y subterráneas que reducen la disponibilidad de agua limpia. Acciones importantes deben enfocarse en la reducción del uso excesivo de fertilizantes y pesticidas, eliminar descargas municipales y de industrias a cuerpos de agua y reducir la basura en general que llega a los ríos.
Esta acción es particularmente importante en términos de equidad porque la contaminación del agua afecta desproporcionalmente a comunidades de escasos recursos y con baja representación política.
Infraestructura verde
La infraestructura verde se refiere a soluciones basadas en la naturaleza y los servicios que proveen los ecosistemas. Estas estrategias incluyen la conservación y restauración de bosques, humedales, suelos agrícolas, lagunas de inundación de los ríos y ecosistemas costeros, así como la creación de espacios verdes en zonas urbanas. La infraestructura verde ayuda a recuperar y gestionar de manera sostenible los recursos de agua, incluyendo agua subterránea que actúan como una cuenta de ahorros durante los tiempos secos. Por ejemplo, la recarga de acuíferos en estaciones húmedas sirve para amortiguar los impactos durante los períodos secos.
Conservación de agua
Reducir el uso de agua de todos los sectores, especialmente la agricultura, a niveles sostenibles. Parte de esta estrategia consiste en reducir las superficies de cultivos que utilizan la mayor cantidad de agua. Esto no significa eliminar esos cultivos; significa reducir su área a niveles sostenibles, para que las generaciones futuras también puedan tener acceso a esos productos. Otra estrategia es reducir las superficies de cultivos perennes que comprometen las demandas de agua durante muchos años. Los cultivos no perennes o cultivos de temporal se pueden plantar durante los años húmedos y su superficie se reduce durante los años secos para aumentar la flexibilidad en los requisitos de agua. En términos de equidad, los pequeños agricultores y sobre todo los agricultores que han sido históricamente discriminados deben recibir más apoyos e incentivos que faciliten la adopción de estrategias de ahorro de agua sin comprometer sus negocios.
Estudios muestran tres factores importantes para el desarrollo de políticas efectivas para la conservación de agua urbana: el precio del agua, la inversión en herramientas que ayuden a ahorrar cantidades significativas de agua, y el apoyo a agencias de agua más pequeñas para facilitar oportunidades de implementación de estrategias de conservación. A su vez, el precio del agua debería reflejar no solo los costos de administración, purificación y transporte, sino también los costos de los impactos al medio ambiente que genera la extracción del recurso. Estas políticas y regulaciones tienen que estar centradas en equidad y protección ambiental. La solución no es simplemente incrementar el precio del agua porque este tipo de políticas suelen tener impactos desproporcionados a familias de bajos ingresos a las que se les dificulta comprar sistemas más eficientes debido a su alto precio. También, familias con más recursos pueden decidir pagar por más agua porque no representa un gasto importante proporcional a sus ingresos.
Educación sobre el agua
La educación sobre el agua debe ir más allá de la enseñanza del ciclo hidrológico e incorporar componentes de la hidrología local, regulaciones y leyes. Mientras que la educación sobre temas del agua debe incorporarse en todos los niveles, es particularmente importante para los tomadores de decisiones. La educación sobre el agua también debe llegar a los profesionales de los medios de comunicación para que puedan comunicar correctamente los problemas del agua, incluyendo problemas en zonas rurales y comunidades vulnerables. Educación sobre calidad del agua reduciría enfermedades provocadas por agua contaminada. Además, incrementar la educación de temas relacionados al agua y su importancia es vital como estrategia de conservación. Todas las personas utilizamos agua todos los días y muchas veces no sabemos de donde proviene el agua y lo complicado que es tenerla disponible en cualquier momento en nuestros hogares.
Aumentar el tratamiento y reúso de agua
Aumentar el reciclaje y reúso del agua, incluso mediante la captura de agua de lluvia, aguas grises y aguas residuales tratadas es un avance hacia la sostenibilidad, especialmente a medida que más ciudades y estados limitan el uso del agua. A medida que se adoptan más nuevas tecnologías de reúso de agua, se aumenta la resiliencia y se reduce el costo de una la escasez.
Mantener y modernizar la infraestructura y su operación
Es necesario aumentar el mantenimiento y modernizar la infraestructura para reducir las fugas y mantener en buen estado las tuberías. Por ejemplo, a nivel nacional se pierde cerca de 17 por ciento del agua antes que llegue a las casas debido a fugas en el sistema de distribución. La modernización debe incluir también la operación de nuestros sistemas de agua incluyendo presas y canales de transporte. Muchos de estos sistemas todavía operan con suposiciones basadas en cómo era nuestro clima en el pasado y aún no han integrado los avances en el pronóstico del tiempo o la información climática actualizada.
Explorar nuevas tecnologías
Existen tecnologías para obtener agua de la humedad del aire o que son más eficientes en su consumo de recursos o más efectivas en el tratamiento y purificación del agua que en general no se han expandido debido a su alto costo o sus repercusiones ambientales. Un ejemplo es la desalinización de agua de mar. Aunque la tecnología existe y en ciudades como San Diego aporta cerca del 10 por ciento del agua potable de la ciudad, la desalinización de agua de mar aún no es una opción factible para la mayoría de las ciudades en California y el resto del país. El agua desalinizada es simplemente demasiado costosa (hasta 10 veces más) y difícil de producir en los volúmenes necesarios para que sea factible. Todo eso sin considerar los daños al medio ambiente provocados las bombas de agua de mar que además del agua succionan vida marina y por las descargas de agua salada de la planta que aumentan la salinidad del área de descarga del mar a niveles por encima de lo que soportan algunas especies.