Este escrito fue publicado originalmente en el CommonWealth Magazine.
El mes de enero del 2023 marcó el comienzo de un nuevo año. Para el estado de Massachusetts, también marcó el inicio de una nueva administración con la histórica posesión de la Gobernadora Maura Healey, así como una nueva sesión legislativa con nuevos legisladores (y algunos ya preexistentes). Tanto la Gobernadora Healey cuando era candidata, como la Asamblea Legislativa de Massachusetts durante la última sesión legislativa, se comprometieron a avanzar los objetivos climáticos del estado para tener un Massachusetts más sano y próspero en el que nadie quede rezagado y todos podamos progresar.
Con la llegada de este nuevo año, espero que estas tres acciones prácticas sean priorizadas por los nuevos líderes del estado a fin de garantizar una acción climática sostenida, decisiva y equitativa.
Transitar a un 100% de energía limpia para el 2035
El estado ya se comprometió a reducir las emisiones de gases que atrapan el calor en un 50 por ciento para el 2030 y en un 75 por ciento para el 2040, además de alcanzar cero emisiones netas para el 2050. El sector energético debe estar a la vanguardia de estos objetivos mediante la descarbonización del suministro eléctrico y la electrificación de otros sectores de la economía, como el transporte y la calefacción residencial. Ahora es el momento de aprobar propuestas de ley como la de 100 por ciento energía limpia, la cual está alineada con el compromiso de campaña de la gobernadora Healey.
Nuestro propio análisis realizado por la Unión de Científicos Conscientes (UCS, por sus siglas en inglés) determinó que es técnicamente factible establecer requisitos ambiciosos para la transición a una cartera de electricidad 100 por ciento renovable (RES, por sus siglas en inglés) para el año 2035, incluso a medida que el estado electrifique los edificios y el transporte. Si se logra cubrir el 100 por ciento de la demanda de electricidad de Massachusetts con energía renovable para el 2035, se pueden obtener múltiples beneficios, entre ellos una reducción del 85 por ciento de las emisiones de gases que atrapan el calor provenientes del sector eléctrico, más de $1.700 millones de dólares en ahorros de salud, más de 45.000 puestos de trabajo adicionales y un crecimiento adicional de $13.000 millones del producto interno bruto estatal para el 2040.
Nuestro análisis demuestra que la transición a la energía renovable no sólo es una de las herramientas más importantes que tenemos a nuestro alcance para tomar acción climática, sino que también representa una gran oportunidad para aumentar el control sobre nuestras opciones energéticas, mejorar la salud de nuestras comunidades y del planeta, generar empleos y riqueza, y mucho más.
Ubicar la infraestructura energética de forma responsable
Algunas comunidades sufren desproporcionadamente los impactos negativos provocados por la instalación por décadas de infraestructura energética e industrial en sus barrios o cerca de ellos. En Massachusetts, la Energy Siting Facilities Board (EFSB) es el organismo independiente que aprueba las propuestas de los proyectos energéticos de gran escala, incluyendo centrales eléctricas, infraestructura de transmisión de energía, gasoductos del estado y tanques de almacenamiento de gas metano (conocido como gas natural). Desafortunadamente, el actual proceso de aprobación para la ubicación de infraestructura energética ha resultado en una elevada concentración de centrales eléctricas contaminantes, subestaciones eléctricas y estaciones de compresión de gas en comunidades de justicia ambiental.
Las decisiones sobre la ubicación de la infraestructura energética necesaria para acelerar el cierre de centrales eléctricas de combustibles fósiles y para avanzar la electrificación de edificios y el transporte deben garantizar que esta transición hacia la energía limpia no reproduzca las mismas falencias de nuestro sistema energético actual abrumando aún más a comunidades ya vulnerables.
El proyecto de reforma sobre la ubicación de infraestructura energética hace exactamente eso. Este proyecto garantizaría que la justicia ambiental, la salud pública y el clima se incluyan en el proceso de toma de decisiones de la EFSB; que haya representantes de las comunidades indígenas y de justicia ambiental en la junta de la EFSB; que haya comunicación con las comunidades donde se propongan proyectos y que se aborden sus inquietudes antes de la aprobación del proyecto; y que los proyectos sólo sean aprobados por la EFSB si no imponen cargas adicionales a las comunidades de justicia ambiental.
La administración Healey-Driscoll consideró algunos de estos cambios en su plataforma de campaña, incluyendo el nombramiento de representantes de comunidades de justicia ambiental en la junta de la EFSB. El proyecto de ley sobre la ubicación de infraestructua ofrece a la administración estatal y a los legisladores la oportunidad de corregir un gran falencia, ayudar comunidades desproporcionadamente impactadas y avanzar hacia una transición energética limpia y verdaderamente justa.
Monitorear la calidad del aire para mejorar la salud pública
Nuestra dependencia de los combustibles fósiles para generar electricidad y brindar energía para el sector del transporte no sólo es la principal causa de la crisis climática, sino que también amenaza la salud pública, especialmente en comunidades ya afectadas por otras fuentes contaminantes.
La contaminación del aire localizada procedente de la quema de combustibles fósiles tiene consecuencias peligrosas para la salud, ya que causa o agrava las enfermedades pulmonares y cardíacas, el asma, la diabetes y los problemas de desarrollo infantil, además de que provoca muertes prematuras. Un estudio reciente de la UCS reveló que las comunidades de razas y etnias marginadas en Massachusetts están 30 por ciento más expuestas a la contaminación del aire local proveniente de medios de transporte terrestre.
Para empezar a hacer frente a esta situación, es vital aumentar la disponibilidad pública del monitoreo de la calidad del aire para detectar carbono negro, partículas ultrafinas y otros contaminantes en puntos céntricos y rutas viales, de modo que podamos hacer un seguimiento a los avances de intervenciones específicas y logremos las mayores mejoras para los residentes más afectados por la nociva contaminación del aire localizada.
La campaña Healey-Driscoll se comprometió a “ampliar dramáticamente el monitoreo medioambiental comunitario en las comunidades desproporcionadamente impactadas en todo el estado, incluyendo los datos de monitoreo del aire”. Ahora es el momento de hacer realidad esos compromisos aprobando la propuesta de ley sobre la calidad del aire para proteger la salud de las generaciones presentes y futuras.
Con esperanza en los líderes de Massachusetts
Trabajando juntos, la administración Healey y la legislatura pueden dar un claro ejemplo de cómo el verdadero liderazgo climático pone a las personas en el centro de la transición hacia la energía limpia, apoya los empleos bien remunerados en el sector de la energía limpia, hace prosperar la economía y mejora la salud de las comunidades en el estado y más allá. ¡Acá vamos, 2023!