Evaluación del progreso y las tareas por atender bajo esta administración
por Karen Perry Stillerman y Ricardo J. Salvador
Tras la inauguración del presidente Joe Biden hace un año, su administración tomó mando de un país atribulado. El COVID-19 había matado a 400,000 personas. La economía, azotada por la pandemia, había perdido millones de empleos. La nación se conmovía a causa de la insurrección del anterior 6 de enero. La crisis climática nos amenazaba.
Durante su campaña, el ahora Presidente Biden prometía que atendería los varios problemas inminentes. Hasta este punto, la administración Biden-Harris ha tomado pasos prometedores: ha vuelto a comprometer a EE UU para luchar contra el cambio climático en conjunto con la comunidad global, ha combatido a la pandemia, y ha elevado el papel de la ciencia en las gestiones gubernamentales. Pero aun queda mucho por perseguir. Aquí nos avocaremos a evaluar el significado de las acciones que la administración durante su primer año ha tomado en materia de sistemas alimentarios, en donde se presentan muchas de las tendencias más explotadoras de la sociedad norteamericana. Un análisis más amplio, inclusivo del papel de la ciencia en varias de las secretarías de la administración, se puede leer en inglés aquí.
En primer plano es importante comprender este contexto: los sistemas que producen y distribuyen los alimentos en EE UU están dominados por poderosas empresas con influencia económica y política. De manera predecible, esto conduce a la desigualdad en casi todos los aspectos de estos sistemas. Los jornaleros y obreros quienes producen, procesan y distribuyen nuestros alimentos tienden a ser personas de color quienes reciben los peores ingresos del país. Los trabajos en las industrias cárnicas, de los mas peligrosos por haber, los desempeñan principalmente los inmigrantes, sin derecho a las protecciones laborales con las que cuentan sus contrapartes en otros sectores. Mientras tanto, la tenencia de las granjas se concentra cada vez mas, y en manos cada vez mas blancas.
El Presidente Biden prometió que atendería estas grandes desigualdades. Los hechos demuestran que la administración ha tomado importantes primeros pasos en este proyecto de reforma, que es obviamente de larga duración.
El poder abusivo de la industria cárnica
Las compañías empacadoras de carne avícola, principal entre ellas Tyson Foods, han confabulado entre sí para aventajarse tanto de los granjeros bajo contrato como de sus obreros en las plantas empacadoras. Los abusos de esta industria resultan principalmente por la falta de concurso económico. En una investigación conjunta entre la Unión de Científicos Conscientes y el periódico The Guardian, expusimos que la empresa Tyson se beneficia de un casi monopolio sobre la industria avícola en su estado sede de Arkansas. Tal dominio económico resulta en que tales empresas deriven demasiado poder tanto en el mercado como en el ámbito político.
La administración Biden-Harris ha tomado algunos pasos iniciales para atender esta situación. En julio 2021 el Presidente Biden dictaminó mediante una orden ejecutiva que su gobierno promovería mayor concurso en todos los sectores económicos del país. En los meses subsiguientes el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA, por sus siglas en inglés) anunció una multitud de inversiones con el propósito de apoyar y aumentar el número de plantas procesadores independientes para aumentar el grado de competencia económica en este sector tan concentrado del sistema alimentario. La USDA espera que tales acciones obligarán a que las grandes compañías reduzcan sus precios y provean mayores opciones para que los productores comercialicen sus productos. La misma agencia ha prometido más de mil millones de dólares bajo este rubro, y ha dicho que otro programa afín facilitará otro monto igual, proveniente de la banca privada y otras instituciones, para aumentar y mejorar la infraestructura procesadora cárnica y su cadena de suministro.
Sin embargo, estas grandes inversiones por sí solas no serán suficientes para quebrantar el poder monopólico de las grandes procesadoras cárnicas. La USDA ha prometido acciones enérgicas para combatir los abusos de la industria, de manera coordinada con el Departamento de Justicia, en persecución de varias leyes ya existentes sobre el tema. Es muy pronto para saber a ciencia cierta si tales esfuerzos verdaderamente puedan hacer mella sobre el gran poder de la industria.
Por otro lado, la administración se ha equivocado severamente al optar por no proteger a los obreros de las gigantes empresas de este sector, como lo es Tyson Foods. Hasta la fecha, la agencia encargada de velar por los derechos laborales no ha actuado de manera decisiva para proteger a los trabajadores del COVID-19. La USDA parece haber retrocedido con sus planes por vedar el aumento de velocidad en las líneas procesadoras cárnicas (la mayor velocidad resulta en mejores ganancias para la industria, pero a la vez aumentan la incidencia de lastimaduras de los trabajadores y dificultan el distanciamiento social necesario para proteger contra la infección por COVID-19.)
La inequidad racial en la agricultura
La población de color en EE UU representa más de un tercio del total, pero maneja menos del 5 por ciento de las granjas, lo cual constituye menos del uno por ciento del terreno agrícola. Aunado a esto está que la gran parte de los 2,4 millones de jornaleros agrícolas del país, individuos sin los cuales el sistema agrícola no funcionaría, son personas de color quienes no poseen, ni tienen la posibilidad de manejar, empresas propias. También, como lo ha demostrado nuestra propia investigación, la consolidación del terreno agrícola para formar menos granjas de mayor escala, ha desplazado a los agricultores Negros de manera desproporcionada.
Mientras que estas características del sistema alimentario de EE UU datan de la época de la esclavitud y de la fundación del país, las prácticas y políticas discriminatorias de la USDA perpetúan estas grandes inequidades. En su primer año, la administración Biden-Harris ha tomado importantes primeros pasos para atender estos graves problemas.
A pesar de varios obstáculos en la persecución de sus objetivos, la administración ha lanzado una iniciativa que perdonaría ciertos préstamos a manera de beneficiar a los pequeños productores más afectados por la discriminación. Tal iniciativa depende de que el Senado de la república apruebe el acta “Build Back Better” propuesta por el Presidente Biden. De manera importante, en septiembre del 2021 la USDA anunció un programa para socorrer a los trabajadores en el sistema alimentario mediante dádivas por un monto total de $700 millones estadounidenses.
Dentro de la administración misma, e importantemente dentro de la USDA, el Presidente Biden y el Secretario de Agricultura Tom Vilsack han avanzado el tema de la equidad racial al nominar y nombrar a varios funcionarios de color para dirigir puestos claves como lo son la Secretaria Delegada de Agricultura, la Subsecretaria de Investigación, y varios otros asesores titulares. En septiembre, el Secretario Vilsack anunció que establecería una Comisión Sobre la Equidad Racial para investigar las maneras mediante las cuales los programas, políticas y prácticas de la USDA son excluyentes para la gente de color y perpetúan las disparidades.
El trabajo restante
Antes de la toma de poder del Presidente Biden, pedimos que su administración hiciera más justo y perdurable a nuestro sistema alimentario, principiando con diez prioridades que subrayamos. Los avances de la administración durante el transcurso de su primer año han sido prometedores, pero aún resta mucho más. En los meses venideros, el equipo del Presidente Biden debe actuar de manera decisiva en persecución de varias estrategias tanto regulatorias como legales para disminuir los monopolios de Tyson Foods y agronegocios similares. La administración deberá también continuar con sus esfuerzos por eliminar el racismo sistemático dentro de la administración misma, trabajando de manera conjunta con las poblaciones mayormente afectadas.