No hay suficiente agua en California para sostener nuestras prácticas actuales y todos lo saben.
En años normales y en años secos, la agricultura, la industria y los hogares de California extraen más agua subterránea de lo que deberíamos. Y cuando tenemos años húmedos con mucha nieve y embalses llenos, no tenemos la infraestructura para recargar los acuíferos subterráneos de los que depende gran parte del estado.
Este déficit deja a California en un estado de sequía interminable y en riesgo permanente de inseguridad hídrica, incluso en años como este cuando llueve mucho.
Peor aún, el suelo se está hundiendo en algunos lugares a más de una pulgada por mes (2,5 cm al mes), lo que reduce el almacenamiento potencial de agua subterránea en California. Ese espacio acuífero no se puede recuperar porque, debido a la compactación residual, el hundimiento de la tierra continuará durante décadas o siglos, incluso después de detener el bombeo. Para reducir significativamente el proceso de hundimiento de la tierra, debe haber un aumento significativo en los niveles de agua subterránea.
La volatilidad de los años húmedos y secos, la falta de infraestructura de agua y el continuo agotamiento de los recursos hídricos subterráneos se suman a la pérdida de resiliencia que California ha sufrido para poder hacer frente a futuras sequías y preservar la seguridad alimentaria futura.
Hasta ahora, todas las propuestas para lograr la sustentabilidad del agua y superar este desajuste en el suministro y la demanda de agua no se han podido lograr sin incurrir en pérdidas económicas y de empleo sustanciales para el sector agrícola. La agricultura es, por mucho, el principal usuario de agua en California, con el 80% del uso de agua en el estado.
Si bien muchos agricultores han estado mejorando la eficiencia del agua con el riego por goteo, el ahorro de agua se ha traducido en áreas más grandes de cultivos con mucha dependencia en el riego. También ha habido recortes de agua estatales y federales notables en el agua superficial, pero a menudo se han compensado con más extracción de agua subterránea.
Es decir, los esfuerzos de conservación del agua realizados por los agricultores han sido utilizados (especialmente por las grandes corporaciones) como una justificación para ser más insostenibles con el uso del agua en California.
La buena noticia es que conocemos el problema. La mala noticia es que no estamos haciendo lo suficiente para resolverlo.
Pero, ¿cómo podemos resolver la escasez y el uso excesivo de agua sin causar nuevos problemas? En otras palabras, ¿hay alguna manera de reducir el uso de agua y mantener a todos contentos?
Creo que sí: el reúso estratégico de tierras de cultivo.
Tenemos que usar las tierras de cultivo de manera diferente
El reúso estratégico de tierras de cultivo es el cambio en el uso de la tierra de una actividad económica que produce efectos secundarios negativos (como dañar la salud de las personas y el medio ambiente) a nuevos usos de la tierra que producen efectos secundarios positivos.
Durante los últimos cuatro años, he estado estudiando en detalle cómo hacer bien el reúso de tierras de cultivo, de manera que beneficie a todas las partes interesadas involucradas. Nuestro equipo de Unión de Científicos Conscientes, la Red SocioAmbiental y Educativa (SEEN), la Universidad de California Merced (Gestión de Sistemas de Agua y el Instituto de Investigación de Sierra Nevada) y otros colegas hemos encontrado una manera de lograrlo. Nuestro estudio principal, Agua, medioambiente y justicia socioeconómica en California: un marco de trabajo para reusar de tierras de cultivo con múltiples beneficios, se publicó recientemente en la revista Science of the Total Environment.
Pero la verdad es que este trabajo ha sido duro para mí. No técnicamente: nuestro equipo de investigación tiene muchos profesionales talentosos con mentes agudas e ideas innovadoras. Sin embargo, mirar por primera vez los resultados y darme cuenta de lo que significaría el análisis para las personas que conozco fue emocionalmente difícil.
Vivo en una región que depende de la agricultura y veo de primera mano su impacto en las comunidades locales. Me gusta mucho la agricultura, y analizar objetivamente los efectos de la agricultura convencional ha sido particularmente difícil para mí.
¿Qué encontró nuestro estudio?
El equipo estimó los costos y beneficios ambientales y socioeconómicos de retirar y reutilizar tierras de cultivo en áreas de amortiguamiento de una milla (1.600 m) de 154 comunidades rurales desfavorecidas en el Valle Central. De ellas, 123 comunidades se encuentran en el Valle de San Joaquín (región sur del Valle Central) y albergan a medio millón de personas.
Estimamos el potencial de estas áreas de amortiguamiento para contribuir a las reducciones en el uso de agua, el uso de pesticidas, la lixiviación de nitratos tóxicos y las emisiones de gases de efecto invernadero, así como el potencial para la recarga artificial de acuíferos y los impactos económicos y laborales del retiro de tierras agrícolas y reúso con industrias limpias y energía solar.
Por ejemplo, el uso actual de la tierra dentro de una milla de las comunidades desfavorecidas alrededor del Refugio Nacional de Vida Silvestre de Pixley en el condado de Tulare, aproximadamente a medio camino entre Bakersfield y Fresno, se ve así: una combinación de alfalfa (el cultivo que demanda más agua en la región y se usa para alimentar a las vacas ), almendra y pistacho (también demandan mucha agua), y uva de mesa.
Para lugares como la región de Pixley, reutilizar estratégicamente las tierras de cultivo podría mejorar las condiciones socioeconómicas de los residentes y trabajadores al brindar nuevas oportunidades para industrias limpias y para los dueños de tierras, y con el tiempo podría revertir el estado de desventaja de algunas pequeñas comunidades rurales.
Retirar las tierras de cultivo dentro de una milla de estas 154 comunidades rurales desfavorecidas más pequeñas del Valle Central podría reducir el uso de agua agrícola en 1,77 millones de acres-pie por año (576 mil millones de galones por año o 2,2 millones de metros cúbicos). Eso es aproximadamente la misma cantidad de agua utilizada por dos tercios de todos los californianos (26 millones de personas) dentro de sus casas en un año. La reducción anual del uso de agua sería equivalente a la estimación promedio actual del sobregiro de agua del Valle de San Joaquín de 1,8 millones de acres-pie por año.
Si consideramos solo la reducción en el uso del agua subterránea en esa zona de amortiguamiento de una milla alrededor de estas comunidades en el Valle de San Joaquín, resultaría en una reducción del uso del agua de más del 40%, aunque el área afectada solo representa el 11% del área de tierras agrícolas totales. Si el uso del agua se redujera mediante el reúso de tierras de cultivo al mismo tiempo que se trajera el exceso de agua del Valle de Sacramento, esa combinación podría recuperar hasta un 80% a 90% de la extracción de agua insostenible estimada actualmente en el Valle de San Joaquín en promedio (aunque, según los pronósticos de sequía actuales, puede que no sea suficiente dadas las expectaciones de un futuro más seco).
Beneficios para la salud y el medio ambiente más allá de la reducción del agua
Retirar las tierras de cultivo una milla alrededor de las 154 comunidades rurales desfavorecidas más pequeñas del Valle Central también podría reducir la infiltración de nitrato agrícola en los acuíferos locales en 105.500 toneladas por año (233 millones de libras por año). Eso es aproximadamente 1 libra de nitrato tóxico por persona al día que se filtra hacia los acuíferos de las comunidades y que podría detenerse.
El nitrato agrícola proviene de los fertilizantes y está relacionado con varias condiciones de salud, incluido el “síndrome del bebé azul”, abortos espontáneos y otras condiciones. El uso de fertilizantes sintéticos también es notablemente ineficiente: más del 50% del fertilizante aplicado en el Valle Central de California se filtra a los acuíferos locales, mientras que el 10% se convierte en potentes gases de efecto invernadero y el 5% se pierde por escorrentía. Sólo alrededor de un tercio del nitrato aplicado como fertilizante agrícola permanece en el suelo y es utilizado por los cultivos.
El reúso de tierras de cultivo conduciría a una reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero (principalmente óxido nitroso) equivalente a 2,2 millones de toneladas métricas de dióxido de carbono por año. Eso es equivalente a lo que emiten anualmente medio millón de automóviles que funcionan con combustibles fósiles.
Los resultados del estudio son aún más sorprendentes cuanto más se profundiza: el reúso de las tierras de cultivo también podría tener un gran impacto positivo en la salud de los residentes y trabajadores locales.
Como he escrito antes, es difícil escuchar historias de personas mayores con sangrado nasal después de que los campos aledaños sean rociados con pesticidas y niños que sufren de asma sistemáticamente en estas comunidades rurales desfavorecidas rodeadas de agronegocios industriales. La deriva de pesticidas expone a las personas cercanas a una cantidad alarmante de pesticidas inhalados o que caen sobre su piel, ropa y dentro de sus hogares.
Retirar las tierras de cultivo una milla alrededor de las 154 comunidades rurales desfavorecidas más pequeñas del Valle Central podría reducir el uso de 5.388 toneladas de pesticidas por año (alrededor de 12 millones de libras por año).
El reúso de tierras de cultivo podría significar seguridad hídrica
En el Valle Central, 64 pequeñas comunidades desfavorecidas (42% de las estudiadas) son atravesadas por un río o un canal, de las cuales 48 tienen un excelente potencial de recarga de acuíferos.
De las 154 comunidades, 139 tienen áreas de potencial recarga moderadamente bueno o mejor. De esas, 99 comunidades están a menos de una milla de un canal o un río.
En la parte sur del Valle Central (Valle de San Joaquín), 73 comunidades se encuentran a menos de una milla de un río o canal y también tienen un potencial de recarga moderadamente bueno o mejor.
Por ejemplo, Teviston en el condado de Tulare tiene un potencial de almacenamiento de agua subterránea excelente, está atravesado por un río y está a unas 0,6 millas de distancia de un canal. Sin embargo, Teviston necesitó ayuda debido a la sequía de 2012-2016, y sus pozos fallaron nuevamente en 2021. Teviston es uno de los muchos ejemplos claros de cómo el reúso de tierras puede crear seguridad hídrica en California.
La recarga de acuíferos también tiene el potencial de aumentar el almacenamiento de aguas subterráneas, reducir la sobreexplotación de aguas subterráneas y aumentar la generación de energía hidroeléctrica sin afectar sustancialmente los caudales ambientales.
Mejoras económicas para comunidades rurales desfavorecidas
La retirada de tierras agrícolas es controvertida porque aislada puede provocar pérdidas de ingresos y empleo. Pero haciendo las cosas inteligentemente (es decir, con una buena estrategia), nuestro estudio reveló un resultado muy positivo que debe considerarse. Las posibles pérdidas agregadas de la retirada de tierras de cultivo dentro de una milla de cada comunidad podrían ser de hasta $4.200 millones por año y una reducción de 25.682 puestos de trabajo en todo el Valle Central. Esos trabajos pagan un promedio de alrededor de $45.000 por año por puesto de trabajo, pero a menudo, un puesto de trabajo en agricultura se puede compartir entre dos (o más) personas, lo que significa que los salarios reales de los trabajadores agrícolas normalmente son menos que eso. Solo retirar estas tierras de cultivo promedia una pérdida de $27,3 millones por año en ingresos agrícolas y 167 empleos en total por comunidad.
Pero los beneficios potenciales de invertir $27 millones por comunidad durante diez años a través del reúso de tierras de cultivo son de hasta $15.800 millones por año y 62.697 nuevos empleos para la región. Eso promedia $103 millones de nuevos ingresos por año y comunidad y 407 empleos por comunidad.
En total, este escenario da como resultado un valor equivalente anual de $11.400 millones por año y 37.014 empleos que pagan un 67% más en promedio, una victoria económica para áreas que históricamente han estado en desventaja. Es por esto que el reúso de tierras de cultivo debe hacerse de manera estratégica; debemos asegurarnos de que se lleve a cabo de una manera que compense el costo potencial con más ingresos y mejores oportunidades laborales (más sobre nuestra metodología aquí, texto en inglés).
¿Aprovecharemos la oportunidad que se nos presenta?
Imaginemos cómo puede ser el futuro de estas 154 comunidades en el Valle Central: en lugar de una economía exclusivamente agrícola, el estado y los intereses privados invierten $27 millones de dólares por comunidad desfavorecida cada año durante diez años en industrias limpias y energía renovable, como generación y almacenamiento de energía solar. Los ingresos para los siguientes 30 años serían de $15.800 millones por año con una adición de 63.000 puestos de trabajo que pagan un promedio de 67% más que los trabajos agrarios típicos en la región. Todavía habría mucho terreno para áreas verdes, recarga de acuíferos, corredores de vida silvestre y otras oportunidades, ahorrando agua y mejorando la salud pública
A menudo recomiendo combinar paneles solares con corredores de vida silvestre e incluso con proyectos de recarga de acuíferos. Ese es el ejemplo perfecto de un proyecto multibeneficio que ahorra agua, genera nuevos ingresos y mejores empleos, mejora el medio ambiente y preserva la salud de los vecinos.
La dura realidad es que la agricultura está utilizando más agua de la que tenemos. Decidir lo que vamos a incentivar para resolver el problema de la agricultura de California es un desafío muy importante que tenemos por delante, pero tenemos la oportunidad de hacer que funcione para todos.
Al priorizar la sostenibilidad y la justicia, y al combinar la agricultura inteligente y las industrias limpias, podemos aumentar la resiliencia social, económica y ambiental de las comunidades rurales y de la propia agricultura. Al incentivar la creación de efectos secundarios positivos, podemos fomentar economías locales y comunidades prósperas donde todos, localmente y la sociedad en general, pueden beneficiarse.