El huracán María, uno de los eventos climáticos más extremos que ha devastado la isla de Puerto Rico (PR), dejó trágicas cifras: miles de personas muertas, daños materiales por más de 90.000 millones de dólares de los que muchas personas aún luchan por recuperarse, cientos de animales (abandonados, perdidos y heridos) que aún buscan un hogar, así como el mayor apagón estatal en la historia de los EE.UU. que para un amplio sector de la población duró incluso por meses.
Aunque la luz ha vuelto para la mayoría de puertorriqueños, el huracán y la destrucción por su paso, puso en evidencia un sistema eléctrico que se encontraba al borde del colapso y que hoy en día requiere una inversión urgente en infraestructura. Estas decisiones de inversión y manejo definirán si el sistema podrá sobrevivir, recuperarse y ser resiliente en el largo plazo.
Ciencia PR, la División del Caribe de la Asociación Americana para el Avance de la Ciencia (AAAS-CD, por sus siglas en inglés), y la Union of Concerned Scientists organizaron el primer fin de semana de septiembre un simposio llamado “Ciencia en Acción” en el que una de las preguntas exploradas giró en torno a ¿qué podemos hacer para que el sistema energético emerja sólido, resiliente y saludable?
Acá les comparto algunos de los temas claves que discutimos con Lionel Orama del Instituto Nacional de Energía y Sostenibilidad Isleña (INESI) y Agustín Carbó Lugo de ClimaTHINK y ex comisionado de la Comisión de Energía de PR (CEPR), en el panel donde abordamos esta pregunta.
Un momento crítico para el sector eléctrico
- La llegada de María fue la gota que derramó la copa de un sector eléctrico que estaba ya al borde del colapso. La Autoridad de Energía Eléctrica (AEE) de Puerto Rico se encontraba ya en una crisis fiscal extrema con una deuda en bonos por $9.000 millones de dólares. Esto contribuyó a que la AEE realizara una precaria inversión en infraestructura y un escaso mantenimiento de instalaciones y equipos. A su llegada, el huracán derribó el 80% de los postes de energía y todas las líneas de transmisión dejando a oscuras a los 3,4 millones de habitantes de la isla.
- Por años, la AEE se ha adherido de forma sorda al uso de combustibles fósiles, sometiendo a los puertorriqueños a depender de la importación de estos combustibles, de los vaivenes en sus precios, y al estrés financiero asociado con la operación de sus plantas que funcionan con petróleo, carbón y gas natural. La falta de una matriz energética diversificada, descentralizada y que no dependa de la importación de combustibles fósiles sólo ha dilatado aún más la recuperación y confiabilidad del servicio energético prestado por la AEE (también conocida como PREPA por sus siglas en inglés).
- La privatización de la AEE solo contribuye a generar más incertidumbre fiscal y operacional. Al inicio de este año, el Gobernador Ricardo Roselló firmó una ley mediante la cual privatizará la AEE. Esta privatización conlleva preguntas claves en cuanto a ¿quién genera la electricidad?, ¿de qué fuentes? y ¿a qué precio?; a la fecha se tiene total incertidumbre sobre las respuestas a estas preguntas y el impacto que tendrán en los residentes de la isla.
- Así mismo, la isla careció por años de un ente de control que regulara la transparencia y el óptimo funcionamiento de la AEE hasta que se creó la CEPR en el 2014. A pesar de su importancia, su función se está viendo amenazada con la nueva ley recientemente firmada por el Gobernador Roselló.
La transformación que los puertorriqueños merecen
- Las voces de la comunidad científica y de la sociedad civil deben verse reflejadas en la actualización del Plan Integrado de Recursos (IRP, por sus siglas en inglés). Su puesto en la mesa es fundamental para que las decisiones que se tomen estén informadas por análisis técnicos sólidos que respondan a las necesidades de las comunidades. El INESI es una de las organizaciones que está contribuyendo con esta tarea.
- Un sistema sólido debe contemplar diversificación y resiliencia. Es necesario reducir la dependencia en importaciones de combustibles fósiles, diversificar la generación a fuentes locales de energía (por ejemplo, solar y eólica), actualizar las redes de distribución e integrar micro redes y sistemas de almacenamiento energético para incrementar la confiabilidad de la red y brindar servicios críticos (por ejemplo, para centros de salud, refugios y sistemas de bombeo de agua), así como reducir el consumo energético por medio de programas de eficiencia energética. Todo esto debe estar guiado por principios de transparencia y asequibilidad.
- Un sistema saludable debe beneficiarnos a todos. Las emisiones de gases de efecto invernadero (como el dióxido de carbono y el gas metano) provenientes de plantas termoeléctricas que funcionan con combustibles fósiles (como el petróleo, carbón y el gas natural) sólo harán que los efectos del cambio climático como la intensificación de huracanes, inundaciones y sequías sean cada vez más devastadores. Adicionalmente, la quema de combustibles fósiles emite un número de contaminantes del aire (como dióxido de carbono, óxido de nitrógeno y material particulado) que son altamente nocivos para nuestra salud. Es vital que la transición a fuentes de energía limpia se haga a la mayor celeridad posible.
Energía, clima y salud. Una ecuación que nos afecta a todos
Esta visita a la Isla del Encanto me impactó profundamente. Interactuar con algunos de sus expertos en temas energéticos, ambientales y de salud reconfirmó cómo estas variables están intrínsecamente ligadas a nivel local. Regreso a Boston inspirada por todo el trabajo liderado por los organizadores y asistentes del simposio, y motivada a colaborar con ellos en estos temas que tienen un impacto tanto local como global. A pesar de que el cambio climático nos afecta a todos, hay comunidades más vulnerables a las malas decisiones que otros han tomado antes que ellos. Ojalá el poder de la unión nos ayude a tener una voz cada vez más fuerte para tomar acción urgente frente al cambio climático, por nuestros hermanos humanos, por nuestros otros hermanos vivientes, por nuestro único planeta Tierra.
*NOTA. Como mencioné al inicio del blog, el huracán dejó cientos de animales (abandonados, perdidos y heridos) que aún buscan un hogar. Los refugios de la isla se encuentran con limitada capacidad (de espacio y económica) y necesitan voluntarios que puedan llevar consigo animalitos a refugios en diferentes partes de EE.UU. Para quienes viajen a Puerto Rico y estén interesados en colaborar, All Sato Rescue puede brindarles más información. Yo traje conmigo a Grace, una perrita adorable que pronto podrá ser adoptada en Buddy Dog.
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